Publicado el: 2015-08-24 00:03:52
Escrito por: Verónnica Scutia
La fibromialgia es una enfermedad que se continúa postulando como de “causa desconocida”, siendo que existe evidencia científica abundante acumulada a lo largo de décadas, que prueba en ella la alteración del sistema nervioso central y la sitúa dentro del llamado Síndrome de Sensibilización Central, el cual es una entidad compleja donde se verifica la alteración de los sistemas centrales de regulación neuroinmune por la conjunción de razones ambientales, infectológicas y corticales de tipo distresante. Este síndrome incluye además otras patologías, con las que la fibromialgia tiene relación epidemiológicamente constatada en países de mayor avance tecnológico. La sintomatología principal es expuesta por el dolor crónico generalizado que se localiza especialmente en zonas musculares, tendinosas, articulares y viscerales, es una de las causas más frecuente de dolor generalizado, reconocidos expertos sugieren la denominación de “pseudofibromialgia” para estas formas de dolor, pero la fibromialgia nada tiene que ver con cuadros psicopatológicos o imaginarios sino que responde a una alteración en la interpretación de los estímulos normales que no se interpretan habitualmente como dolor a nivel del sistema nervioso central, donde ocurre un cambio de excitabilidad en áreas conocidas. Siendo entonces el dolor su manifestación más relevante, el resto de su abundante e intensa sintomatología, coinciden con los síntomas aceptados para el resto de las patologías que forman parte del anteriormente nombrado Síndrome de Sensibilización Central. Esta enfermedad fue reconocida por todas las organizaciones médicas internacionales y por la Organización Mundial de la Salud desde el año de 1992 y se encuentra catalogada con el código M79.7 de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10 CM en su última revisión) como una enfermedad reumatológica. La multiplicidad de síntomas invalidantes que genera y patologías añadidas hace imposible poder trabajar y llevar una vida normal, ser funcional. La fibromialgia, el Síndrome de Fatiga Crónica, el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple (las tres con reconocida asociación) y otras entidades, están siendo conceptualizadas en el primer mundo como enfermedades neuroendocrino inmunes, complejas y con una base biológica indiscutible. Se consideran patologías crónico-invalidantes y socialmente invisibles. En los casos más graves la calidad de vida es comparable a padecer VIH terminal, uso de quimioterapia y esclerosis. Asimismo entrañan un problema multidimensional que afecta todas las esferas de vida del enfermo: personal, familiar, social y económica laboral, para el que no existe contención ni abordaje en México, no existiendo en nuestro país ningún relevamiento epidemiológico que evidencie su real importancia. La fibromialgia, el Síndrome de Fatiga Crónica y la Sensibilidad Química Múltiple forman entonces parte del denominado Síndrome de Sensibilización Central, patología emergente perteneciente al campo de la complejidad. En esta rama del conocimiento, el concepto de “emergente” no se restringe a la simple aparición, sino a que el resultado final de varios factores es algo distinto a la simple adición de los mismos. Las patologías citadas pueden explicarse como la interacción de múltiples factores, pero no definirse con la simple enumeración de los mismos; requiere una formalización propia. Se trata de un problema complejo, no “complicado”; multidimensional; plagado de simultaneidades provenientes de órganos y sistemas que se alteran por el cambio de la regulación central neuroinmune. Los Síndromes de Sensibilización Central no son de causa desconocida, son generados por agresiones conocidas en el sistema nervioso y el sistema inmunológico, existe abundante literatura científica que lo demuestra, tanto o más que la que existe para otras patologías que nadie cuestiona. Estas patologías participan en una serie de características comunes entre las que se encuentran; enfermedades de sensibilización central de carácter crónico relacionadas con factores ambientales, que traen consigo una alteración de las capacidades laborales, de la autonomía personal y de la vida social y sobre todo carecen de tratamiento curativo, por lo que demandan una atención basada en tratamientos paliativos que faciliten la reparación de los sistemas alterados, a través de lo cual es posible lograr distintos grados de recuperación, que aunque no restablecen el estado de salud anterior a la enfermedad, permiten recuperar cierto grado de integración social, bienestar y dignidad para la persona afectada. Actualmente, se postula en nuestro país “lo paliativo” a través de medidas que desconocen por completo la real problemática biológica que entrañan estos síndromes. De esta manera, los tratamientos se desvían de lo que debería ser su objetivo reparador, para depositarse en una simple estrategia de alivio sintomático, siendo que existen medios probados para ayudar al restablecimiento de los mecanismos biológicos alterados y una prevención etiológica posible.